En Grand Lake, no lejos del Parque Nacional de las Montañas Rocosas, se ha convertido en una tradición que la gente se reúna y juegue al hockey en un estanque congelado en pleno invierno. Kate nos presenta a algunos de sus amigos de allí y también un manjar muy americano.

Los salmones reales nadan contra la corriente para desovar y completar su ciclo de vida, proporcionando también alimento para un mirlo acuático. En la ladera, es la temporada de apareamiento de los alces, y un oso negro se engorda con bayas antes de que el invierno se cierna sobre este paisaje magníficamente diverso.

Un águila calva joven es el ave que crece más rápido en América del Norte, pero enfrenta un desafiante camino hacia la madurez y la adquisición de su icónico plumaje adulto. Cuando llegan las tormentas de otoño, los salmones reales migran a las desembocaduras de los ríos y sus zonas de desove en agua dulce, mientras que las manadas residentes de orcas los cazan expertamente para obtener una comida nutritiva.

En primavera, los escarpados acantilados de la costa salvaje del parque se han convertido en el hogar del arao común, un ave que viene a tierra sólo para criar. Las águilas, más avanzadas en su proceso de anidación, tienen un aguilucho en rápido crecimiento que necesita alimento constante y, por desgracia, la colonia de araos es un botín fácil para ellas.

Mientras el oso macho se distrae con las focas, los oseznos escapan. En el mar, las focas están a salvo de los osos, pero no de las orcas. Justo al norte del parque hay un profundo cañón submarino que sólo puede explorarse en submarino. Es el lugar de nacimiento de los tiburones y un mundo de una vida marina rara vez vista.

En verano, los habitantes del Parque Nacional Olympia se alimentan en los exuberantes prados alpinos, mientras una osa madre y sus cachorros buscan comida a lo largo de la orilla. ¡Los sabrosos y nutritivos cangrejos son un aperitivo perfecto, incluso con su caparazón!

La primavera ha llegado, y una nueva vida se despierta en las cordilleras olímpicas, el tercer gran entorno salvaje de este diverso parque nacional. Las marmotas olímpicas, que dan nombre a la región, salen de su letargo invernal para disfrutar de un festín, pero deben estar atentas a la amenaza del águila calva.

Las ballenas grises que migran hacia el norte desde México deben atravesar las peligrosas aguas frente a la costa del Parque Nacional Olympic, donde grupos de orcas las cazan activamente a ellas y a sus crías.

Mucho sucede bajo las olas de la dramática costa del parque. Las estrellas de mar cazan mejillones y erizos en las pozas poco profundas, mientras que las focas, leones marinos y nutrias habitan los bosques de algas, alimentándose de las pequeñas criaturas que allí pastan.

El parque fue designado como área protegida por el presidente Theodore Roosevelt hace más de cien años. Desde entonces, ha sido mantenido de manera natural por las diversas criaturas que habitan allí, sin intervención humana. Cada una tiene su papel en este ecosistema biodiverso.

Llegados al lugar de desove, varios machos de salmón prueban diferentes técnicas para impresionar a una única hembra. Las nutrias de río aman el pescado y necesitan comer mucho para mantener su estilo de vida activo.

Mientras las orcas celebran el éxito de su caza, los salmones plateados, o "coho'", están migrando desde el mar hacia los arroyos internos donde se reproducirán. Pero tendrán que ser cuidadosos y afortunados, ya que las nutrias y los osos negros los esperan en el camino.

A lo largo de la salvaje costa del Pacífico de Estados Unidos, el Parque Nacional Olímpico abarca una variedad inigualable de entornos naturales apasionantes, que van de la selva tropical hasta las escarpadas montañas. Para iniciar, sentiremos la emoción de la caza, cuando una manada de orcas persigue a un grupo de desprevenidos leones marinos de Steller.

En junio, sobrevivir al sol feroz y al calor intenso es un reto para todos los seres vivos del parque, y cada uno ha desarrollado una técnica especial para aguantar hasta la próxima lluvia.