El Parque Nacional del Saguaro de Arizona se creó para salvar de la extinción al emblemático y cada vez más raro cactus saguaro. Dentro del paisaje desértico del parque, surgen conflictos entre especies que a menudo parecen un enfrentamiento del Viejo Oeste a pleno mediodía.

Un valiente correcaminos se enfrenta a una venenosa serpiente de cascabel. Las escasas cantidades de preciada lluvia que caen en enero dan al desierto una repentina chispa de vida. Las plantas crecen, florecen y almacenan agua, y el diminuto colibrí de Costa utiliza los mejores materiales que le proporciona la naturaleza para hacer un nido para sus crías.

Las serpientes de cascabel macho hacen una danza para demostrar su fuerza y ganarse a las hembras. Un cactus cholla utiliza su espinosa forma de defensa y las jabalíes que pasan para poblar nuevas zonas del desierto. Mientras tanto, las pequeñas crías de la jabalina se ven amenazadas por un coyote hambriento.

El mes de mayo se caracteriza por la sequía en el parque, pero el cactus saguaro no se ve afectado en absoluto. Una familia de ardillas de tierra está escondida, pero una serpiente de nariz larga ha captado su olor.

En junio, sobrevivir al sol feroz y al calor intenso es un reto para todos los seres vivos del parque, y cada uno ha desarrollado una técnica especial para aguantar hasta la próxima lluvia.